domingo, 11 de noviembre de 2018

[ EDITORIAL ] Represión española en el folklore peruano

¿Sabías que los españoles castigaban las representaciones folklóricas con muerte?

Las representaciones folklóricas existieron desde la época incaica, aquel tiempo dónde se respetaba el valioso código moral, dónde se adoraba al sol y a la luna, cuándo se pensaba que la montaña era un dios porque de ahí provenía el agua de la cuál bebía el pueblo, sus animales y plantas, y se consideraba al cóndor como la figura en la que el dios montaña se presentaba ante los ojos humanos. Desde este periodo el pueblo ya se expresaba artísticamente en unos espectáculos llamados “Takis”. En los takis el pueblo representaba acciones mediante mímicas, cantos, bailes y danzas, cuya finalidad era divertir y educar al pueblo con el mensaje que cada representación contenía. Cada puesta en escena podía explicar alguna historia, mito o leyenda que en el mismo pueblo se originaba en periodos anteriores. 

Los takis ya eran muy conocidos entre los pueblos cuando llegaron los españoles, y fueron celebrados hasta la famosa revolución de Túpac Amaru II, en 1781. Debido a este acto, la fuerza española buscó eliminar y reprimir todo tipo de expresión del pueblo para mantenerlos sumisos, a esto se le sumó el afán de querer borrar nuestra identidad, la historia y cultura proveniente de los antepasados, y hasta el idioma nativo que hasta por aquel entonces era el oficial. A quiénes incumplían este mandato, se les castigaba con látigos, encierros y hasta con pena de muerte.

Años más tarde los españoles permitieron que se vuelvan a realizar estas representaciones folklóricas pero ya con la influencia de ellos, desde entonces los motivos eran completamente distintos, en el ámbito religioso por ejemplo. Es ahí cuando nacen las fiestas patronales en veneración a los santos católicos, obviamente influencia europea. El pueblo se fue olvidando de sus propios dioses y con el pasar de los años fueron adoptando esta nueva cultura, de igual modo, el idioma “quichua” fue quedando de lado, algo que nunca debió pasar.

A fin de cuentas, los españoles que vinieron a “conquistarnos”, si lograron su propósito, ya que en la actualidad muy pocos saben la realidad de nuestra verdadera historia, ya casi nadie habla nuestro idioma bandera, y lo que es peor aún, los pocos que mantienen esta lengua ancestral son mal vistos por algunos acomplejados, confundidos e ignorantes. Como dice una cruda canción:

“Como somos todos plomos, 
mendigos sentados en tronos,
peruanos tontos que muchos no saben
ni siquiera quienes somos...”



Abajo, la famosa Contradanza. El pueblo de Huamachuco crea esta danza con la finalidad de ridiculizar a los españoles y sus bailes de salón, exagerando en los pasos y atuendos grotescamente, llevando espadas de madera y usando faldas. Debido a esto, la Contradanza es conocida como una danza satírica.





lunes, 29 de octubre de 2018

[ ENTREVISTA ] Isabel Miranda: “ El folklore es el saber del pueblo transmitido mediante generaciones, la cual no se encuentra en libros”


Una conversación con la fundadora de la Fraternidad Cultural Virgen de la Candelaria – Puno, creada en el año 1997.


Isabel Giovanna Miranda Coila es danzante por naturaleza desde la infancia, puesto que proviene de antepasados puneños que guardan gran historia y tradición folklórica, la cual ha sido pasada a través de sus generaciones. Debido a este apego es que en el año 1997, junto a su padre Don Manuel Miranda, fundan la “Fraternidad Cultural Virgen de la Candelaria”, agrupación artística que se dedica hasta la actualidad en mostrar los bailes típicos de Puno, tales como los famosos Caporales, Tuntuna, Morenada, Waca waca y Tinkus. Esta agrupación, de la mano de Isabel Miranda como directora y fundadora, ganó múltiples concursos y realizó un sin número de presentaciones en diversas partes del país. Chabela, como ella nos permite llamarla, estudió la carrera de Educación Artística con especialidad en Folklore, en la Escuela Nacional José María Arguedas. Además de haber creado su propia agrupación, ha trabajado como profesora de danzas en distintas instituciones y dirigido elencos.

¿Cómo deciden crear una agrupación artística de danzas puneñas?

Mi padre fue uno de los primeros puneños en llegar a lima sur, cuando él llego trajo con él toda esta tradición folklórica. Junto a sus paisanos promovieron y difundieron seguir con este legado popular en Lima, años más tarde colabora en la creación de la Central Folklórica Puno situada en Ate Vitarte. Él impulsaba a mi familia a llevar números coreográficos de Waca waca o tuntuna a la Central desde que yo era una adolescente. Al cabo de un tiempo en una conversación, me propone crear un grupo de baile para llegar con nombre propio a estos concursos que se realizaban en dicho lugar, pues hasta ese entonces íbamos en representación de él, pero aún no teníamos un nombre como agrupación, puesto que no existía, es ahí dónde decidimos crear la Fraternidad Cultural Virgen de la Candelaria, con la cual ganamos rápidamente el reconocimiento gracias a que siempre ganábamos los concursos (risas).

¿A qué lugares han llegado a presentar sus danzas como Virgen de la Candelaria?

 Empezamos presentándonos en la Central y en poco tiempo fuimos invitados a diferentes lugares de la región. Hemos visitado Pisco, Jauja, Cañete, Chimbote, Tarma, Huancayo y provincias de Lima. Todos estos lugares en repetidas ocasiones. Dentro de Lima metropolitana, la agrupación ha participado en concursos y presentaciones realizadas en distintos distritos. También hemos participado en el corso wong en repetidas ocasiones; pero en particular la presentación que recuerdo con más cariño fue la que hicimos en el coliseo Amauta, aquel día terminamos bailando con los integrantes de Los Kjarkas, y más tarde William Luna también se unió. A Chimbote fuimos invitados por un locutor de radio de ese lugar, que visitó la Central en Lima y nos vio bailar, para esa presentación fuimos sólo cuatro parejas de caporales y la estadía corrió por parte de este locutor. En esa ocasión ganamos el primer lugar. Lo mismo ocurrió al visitar Jauja, un locutor de radio de ésta ciudad, nos invitó a presentar nuestro número artístico en un concurso que se iba realizar en dicha provincia, luego de vernos ganar en la Central Folklórica Puno, esta invitación la recibimos tres años consecutivos y en todas las ocasiones quedamos en el primer lugar.

¿Qué anécdotas recuerdas en estas experiencias?

Muchas, recuerdo que en el viaje a Chimbote, al llegar al terminal de buses nos esperaba una limusina que había encargado el locutor de radio que nos invito –lástima que no recuerdo su nombre- pero nosotros estábamos acostumbrados a viajar siempre apretados e incómodos y no teníamos idea que esa limusina era para nosotros. Al cabo de una hora, de estar parados esperando que venga un microbus o camión a recogernos –porque eso era lo que nos imaginábamos- el chófer de la limusina se nos acercó preguntando si éramos la agrupación Virgen de la Candelaria, a lo que respondimos que si entre asombro y risas. Quedamos agradecidos y maravillados de la atención que recibimos en esa oportunidad, puesto que, el hotel, transporte y demás servicios fueron de lo mejor.

Otra anécdota aún más significativa para mi, fue en un pasacalle que estábamos realizando por el centro de Lima en el año 1994, en uno de los tantos concursos que habían. Por ese tiempo yo llevaba varios meses intentando quedar embarazada, pero sin resultados. La cuestión es que aquel día baile como nunca y ganamos el concurso como era de costumbre. Cuatro días después fui hacerme un chequeo y resulta que ya tenía cinco semanas de gestación. Había estado bailando como si nada con mi hijo adentro. Creo que es por eso que a él también le gusta tanto las danzas como a mi.  

¿Qué es el folklore para ti?

Es una de las formas en cómo uno decide expresar su amor por el Perú. El folklore es el saber del pueblo transmitido mediante generaciones, la cual no se encuentra en libros. Podemos y debemos seguirlo transmitiendo a través de las danzas, la pintura, la música y todo lo que el arte envuelve, sin dejar que se pierda porque en el folklore está nuestra cultura, nuestra historia, tradición y el saber popular que se ha ido pasando de boca a boca a través de las generaciones, desde nuestros antepasados indígenas.






Chabela bailando
embarazada en el pasacalle de 1994.









Isabel en una presentación de morenada.








sábado, 22 de septiembre de 2018

¿Y si recuperamos la identidad perdida?


La identidad nacional es algo que mientras transcurre el tiempo se va quedando en una simple frase dentro de nuestro “patriotismo”, muchas veces fingido y hasta hipócrita. No basta con demostrar nuestro amor a la bandera cada 28 de julio o en los partidos de fútbol. La identidad nacional va más allá, en el querer y saber de nuestra cultura, que es desvalorada por muchos, justo porque la ignoran. Todo aquel que nació en tierras peruanas tiene el derecho y deber de saber cuán ricos somos en nuestra pluriculturalidad y biodiversidad, sólo de ese modo el peruano dejará de ser el mendigo sentado en el trono.

Dentro de nuestra cultura hay un sinfín de ramas, todas conforman nuestra historia e identidad nacional. Este blog se centra netamente en lo artístico y comparte información valiosa sobre este tesoro cultural impalpable.

Tusuy kusun, es un proyecto que va dirigido a jóvenes y adultos apasionados de nuestra historia artística respecto a las danzas, pero sobre todo a quienes la desconocen, es por eso que este blog brinda información detallada sobre la importancia de cada danza que nos representa, iniciando de este modo el camino hacia una reconocida agrupación artística.

Objetivos del proyecto

  • Generar a través de la danza y su valor, el pensamiento en la gente de ver estos espectáculos como un servicio, el cual merece ser remunerado.
  • Aperturar una agrupación folklórica inspirada en nuestra pluriculturalidad artística.
  • Incentivar y difundir nuestra cultura artística a través de plataformas digitales y redes sociales.
  • Conseguir reconocimiento en el medio digital.


Dirigido para:

  • Jóvenes y adultos de ambos géneros, entre las edades de 17 a 30 años, con interés por lo autóctono y preferencias nacionales. Con un estilo de vida saludable, rítmico y activo; de todos los estatus sociales.  

Video acerca de nuestro orgullo nacional: Costa, sierra y selva



viernes, 14 de septiembre de 2018

Danza de las tijeras


Es una danza de gala, indígena proveniente de la región Chanka dentro del Perú, que guarda una gran historia dentro de su baile. A los danzantes se les conoce como “danzaq”.

Los danzantes se originan de los “tusuq laykas”, estos personajes eran sacerdotes, brujos, adivinos, y curanderos prehispánicos, quienes fueron perseguidos durante la época colonial, ellos se refugiaban en las zonas altas y es a partir de ese entonces cuando empiezan a tomar notoriedad y hacerse conocidos como “supaypa waman” (hijo del diablo). Conforme pasaron los años, los colonizadores aceptaron que volvieran pero con la condición de bailar a los santos y en honor al Dios católico. De esta forma se inicia la tradición de la danza de las tijeras en las fiestas patronales.

El nombre de esta danza se le atribuye al escritor José María Arguedas Altamirano, debido a las tijeras que llevan y resuenan durante todo el baile en la mano derecha. Este escritor inmortalizó al danzante de tijeras en muchas de sus novelas, inclusive un danzante de tijeras aparece como protagonista en la novela “La agonía de Rasu Ñiti” escrita en 1962.

Según los sacerdotes de las épocas coloniales, aducían que quienes bailan esta danza tenían un pacto con el diablo, debido a los sorprendentes pasos y piruetas que se ejecutan en esta coreografía.
Las personas que decidan convertirse en danzantes de tijeras pasan por un proceso ceremonial donde se ofrece un pago a los “Apus” y un homenaje al “Wamaní”, esto consiste de alguna forma en pedir permiso a los antiguos espíritus de las montañas para que esta persona pueda ser un danzante virtuoso con fuerza y valor. Esta ceremonia va dirigida por un maestro de la danza.

El vestuario

Está conformado por un amplio sombrero con cintas característico de la danza, en donde va el nombre del danzaq puesto en quechua, un chaleco representativo, camisa y pantalón de color blanco y negro, taparrabo, un pañuelo el cual va amarrado a la cabeza debajo del sombrero, zapatillas coloridas, otro pañuelo el cual lo llevan en la mano izquierda durante todo el baile, guantes y las barras de metal de aproximadamente 25 cm cada una, que se les conoce como tijeras, lo cual viene a ser lo más representativo de toda la indumentaria. Estas barras de metal para que tengan un buen sonido y tintineen bien, son llevadas a manantiales donde el agua fluye, para luego ser introducidas y al contacto del metal con el fluido del agua, es donde adquiere la tonalidad apropiada para producir un buen ritmo a la danza. En Ayacucho existen leyendas que dicen que las tijeras fueron hechas por los auquis (príncipe heredero en el imperio incaico), y su sonido proviene de la laguna Yauruvirí. Estas tijeras son llamadas “hembra y macho”, vienen de tiempos en los que los danzantes fueron esclavizados por los españoles en la actividad minera.

Melodía de la danza

La musicalización está compuesta por violín y arpa, ambos instrumentos fabricados de forma especial para esta danza dentro del Perú. Un instrumento extranjero no puede ser usado para esta danza, puesto que es considerado no apto para esta ceremonia.  

Esta danza contiene secuencias muy extremas durante su ejecución
  1. Marcha: En esta primera parte el danzante camina de puntas saludando a su público y al patrón de la fiesta.
  2. Ensayo: Aquí es cuando empieza el contrapunteo de los danzantes.
  3. Pukllas: Los danzantes empiezan a hacer sonar las flamantes tijeras.
  4. Tuku menor o contradanza: En esta etapa del baile se ejecutan pasos de baile sobre la punta de los pies pero solo de forma temporal.
  5. Tuku mayor: Empiezan a realizar acrobacias.
  6. Wañuy Unccuy: Quienes lo bailan se quitan el sombrero.
  7. Golpes: El danzante demuestra su técnica y agilidad con sus pasos de baile. 
  8. Agua e nieve: Un danzante reta a su contrincante.
  9. Secuencia de choladas: Los danzantes demuestran sus mejores pasos hasta que uno de los dos se rinde.
  10. Prueba de valor: Los danzantes realizan actos violentos con sus cuerpos.
  11. Prueba de sangre: Los danzantes realizan actos sangrientos con sus cuerpos.

Al final de la fiesta, el público asistente es quien designa al ganador.

Este ancestral baile es uno de los más importantes de nuestra cultura, puesto que, no sólo es Patrimonio Cultural de la Nación desde el año 1995, sino que además, el 16 de noviembre de 2010 fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, debido a su antigüedad y valor histórico.  




miércoles, 12 de septiembre de 2018

En honor al pueblo perdido - "Shacshas"


Existió un singular pueblo en el departamento de Ancash, dentro de la provincia de Yungay, llamado Shacshas. Este pequeño poblado fue devastado por un aluvión que cayó desde lo alto del Huascarán el 10 de enero de 1962, el pueblo fue arrasado debido a esta catástrofe pero su historia no murió, sigue intacta y más viva que nunca, pues la danza que hoy lleva el nombre de aquel desaparecido pueblo, es uno de los bailes más reconocidos de nuestro Perú.

Citando lo escrito en el “Libro de Oro de Yungay”, creado por los profesores Emma Torres de Saens y Justo Pastor Mejía, el origen de esta danza fue en la época precolombina, en las primeras tribus donde tenían el cabello largo que les cubría la nuca y en algunos casos hasta la espalda, debido a esto los pueblos vecinos los llamaban “shacshakunas”, esta palabra se transformó en shacshas, abreviándose con el pasar de los años. Del mismo modo, el historiador Julio Olivera Oré, afirma que en este extinto pueblo nació la danza denominada en primera instancia shaqapas tushucoj, este nombre sufrió cambios con el pasar de los años, el primero fue “la danza de los shaqapas”, luego “shajapas” y hoy simplemente “shacshas” por su lugar de origen, en honor al pueblo perdido.

Shagapa, son los cascabeles de semilla que llevan los bailarines atados en las pantorrillas, además los Shacshas provienen de los Huancas y en sus inicios fue una danza guerrera, afirma el danzante de la agrupación “Jallmay Alto Folklore”, Rubén Ramirez. Hoy esta danza es considerada religiosa por el tributo que se le rinde al Señor de la Soledad. 

Esta danza es muy importante, ya que fue declarada patrimonio cultural del departamento de Ancash el 19 de noviembre de 2008.
Actualmente es bailada en el mes de mayo, del 2 al 13 en la festividad del Señor de la Soledad.


Existen momentos claves en la coreografía de esta danza:
  • La danza alegórica mítica: Esta parte de la danza es lo que se realiza en los grandes Takis, aquí se desarrollaban mitos, historias, leyendas y costumbres. En la actualidad esta parte es la que llama más la atención debido a sus movimientos coreográficos y arriesgadas pirámides humanas.   
  • Ritual mágico religiosa: Desde su origen se trataba sobre las ofrendas que le brindaban a la tierra. En la actualidad es el momento de la adoración y es cuando los danzantes se dirigen a la iglesia a bailar y rendirle culto a su santo patrón el Señor de la Soledad.

  • Danza popular: Después de los ritos y ofrendas, los danzantes bailan con todo el público que asiste a la ceremonia, actualmente los Shacshas aún lo representan en la entrada de las iglesias.


Sobre su vestimenta:
  • En la época antigua era parte del vestuario un tocado en la cabeza con cordones distintivos de la naturaleza, ha sido cambiado por plumas y cintas multicolores muy llamativas.
  •  Los danzantes portan un látigo que originalmente fue un arma de caza llamado rihue.

  • Los nativos Shacshas usaban una especie de tapa rabo, el cual ahora ha sido cambiado por una pañoleta que visten debajo de sus camisas.

  • Monillo o saco

  • Pantalones largos

  • Sobre los pantalones y a la altura de las pantorrillas van atadas las shagapas hechas de semillas de árboles.


Instrumentos valiosos:
  • La melodía se concreta con un tambor y una flauta pequeña, denominada chiska.